miércoles, 5 de agosto de 2009
EL MÁGICO LUGAR.
Autor: José Juan Requena
Descubrí, un lugar secreto, donde te invito a ir, es un lugar hermoso, se parece a ti, se escuchan cantos de pájaros, Recorriendo los riachuelos, el agua del arroyo se precipita en un abismo, golpeando en su caída las rocas a su paso. El viento, con sus velos de gasas incoloras, acaricia la copa de los verdes pinos, y los gorriones de sus nidos trasmiten suaves trinos que me recuerdan tu melodioso cantar.
El sitio está encantado, es mágico y en el, todo deseo se convierte en feliz realidad. Los animales juegan alegremente, el león con la gacela retozan en medio de dorados prados. El ciervo y el conejo duermen tranquilos al lado del tigre. En este apacible Edén, no habitan más que almas enamoradas de animales y humanos que en sus vidas pasadas no lograron cumplir su deseo de ser felices.
Tendremos aquí, toda la eternidad para amarnos y contarnos las experiencias vividas en pasadas vidas. Recordarás mi amada, como eras princesa y esposa de un rey.
Tengo siempre en mi recuerdo tu belleza, y tu bondadoso amor para con todos los animales, tu dulzura unida a la hermosa melodía juguetona de tu voz incitante, traviesa y picaresca, modulando tu encanto.
Querida pequeña, me deslumbra tu hermosa silueta, ella me acompaña siempre, y me da fuerza para seguir el camino que lleva a ti.
Te necesito inmensamente, se que tu alma no sería capaz de negarme la dulzura de amarte.
Soy prisionero de tus mágicos hechizos, que me tienen atado para siempre a tu recuerdo.
Tu noble corazón, ahora me pertenece para siempre.
Días tristes pequeña princesa, pasan por mi vida.
Y es que me faltas tú.
Quería estar a tu lado, entrar a tu palacio de cristal y decirte que te necesito, que tu amor y tu cariño me hacen falta infinita, deseo ver en el fondo de tus ojos la alegría de sentirse amada.
Te quiero, te deseo con desesperada locura
No logro apartar de mí, un solo instante, tu imagen de cristal tu delicioso perfume de nardos, ni la delicada tersura de tu piel.
Estaré hoy con mí princesa al lado de estas flores que adornaran la sonrisa de tu cándido rostro de mujer
Tus labios sensuales me invitan a besarlos, ¿cuando será el día que tu boca y la mía se acaricien amantes jugando al amor?.
Toco el fuego candente de tu cuerpo con mis manos.
Yace ahora tu figura, cual inocente cuerpo de cisne que invita a las caricias, a delinear con mis dedos tus insinuantes formas, para encender la hoguera de tu pasión oculta.
En un abrazo de amor, se confunde esta pasión nuestra, cual un volcán de fuego, tu cuerpo misterioso, hasta ahora impenetrable, siente mis caricias.
Tu angelical figura de mujer se enciende como flama.
Princesa, tu cuerpo ahora desnudo, pide que lo ame, y tengo para amarte toda la eternidad, de las estrellas azules en este lugar encantado y mágico que encontré para ti.
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